Cómo entrenar en rodillo. Aspectos clave
Entrenar en casa con nuestra bici en el rodillo es bastante común hoy en día, sobre todo tras haber pasado una pandemia donde muchos de nosotros adquirimos esta herramienta y nos hemos familiarizado con ella. El rodillo nos ofrece una posibilidad muy buena para aprovechar el tiempo sobre la bici en los días donde se nos hace difícil salir a la carretera o montaña, pero… ¿Realmente sabes cómo adaptar esos entrenamientos al rodillo y las diferencias respecto a entrenar en el exterior?
Diferencias de rodillo respecto a la carretera:
La mayor diferencia a nivel fisiológico del entrenamiento en
rodillo respecto a entrenar en el exterior va a ser el aumento de la temperatura interna y con ello de la carga interna del
entrenamiento. Esto se produce mayormente porque cuando entrenamos en
rodillo, tenemos una gran dificultad
para termorregular debido una menor convección y conducción producidas
mayormente porque al estar estáticos sobre la bici y en el interior de una
habitación, hay mucho menor contacto de aire fresco con nuestra piel para
reducir la temperatura, y ese aire no se ‘’renueva’’ con tanta velocidad como
si estamos circulando en bici en el exterior, por lo que tras unos minutos
entrenando, normalmente sube también la temperatura de la habitación.
Además, otro cambio importante al entrenar en rodillo es que
puede haber una diferencia notable en la
utilización de la musculatura del pedaleo, usando ésta en una proporción
distinta a como se usa en el exterior. Esto se debe mayormente a la falta de las pequeñas fuerzas
inerciales que existen cuando pedaleamos en el rodillo, ya que en carretera
la bici hace pequeños movimientos de ‘’lado a lado’’ al pedalear y cuando
estamos en rodillo estos movimientos se reducen mucho o desaparecen al estar la
bici fija. Todo ello puede hacer que durante una sesión de rodillo usemos
nuestra musculatura de una forma diferente, y aunque sea una diferencia
pequeña, podemos tener ciertas sobrecargas musculares.
Adaptar el entrenamiento al rodillo:
Teniendo en cuenta las diferencias anteriores, tenemos que
adaptar el entrenamiento en rodillo de forma adecuada si no queremos dar un
impacto demasiado alto a nuestro organismo o lesionarnos. Para ello, os
propongo los siguientes puntos:
-
Adapta
el volumen: el ser humano es un sistema complejo, no entiende de
vatios o kilómetros, sino que crea adaptaciones en base al estrés que le
producimos. Esto es importante ya que debido a la mayor carga interna que se
produce en rodillo, hay que adaptar la
duración del entrenamiento si no queremos ‘’pasarnos’’ en el estímulo que
le queremos dar a nuestro cuerpo. Depende mucho de la duración inicial del
entrenamiento planteado en carretera y el objetivo, pero una regla sencilla es reducir entre el 25% y 50% de la duración de
entrenamiento al hacerlo en rodillo. Por ejemplo, para una sesión de 1h30’ de
recuperación en carretera, con 50’ – 1h suave de rodillo es más que suficiente.
Si el entrenamiento es más largo, al
acumularse la fatiga de forma exponencial, debemos reducir más el volumen del
entrenamiento. Por ejemplo, para 2h30’ de entrenamiento, estaría bien hacer
sobre 1h15’ – 1h30’ de rodillo.
-
Adapta
la intensidad: dado que la fatiga acumulada en rodillo es mayor,
debemos adaptar la intensidad del entrenamiento en muchos casos si entrenamos
por vatios para no estresar de más a nuestro organismo. Lo normal es reducir los vatios un poco, especialmente si el
entrenamiento es muy intenso, muy largo, o las dos cosas. También hay que
tener en cuenta lo adaptados que estemos a hacer sesiones de rodillo o si la
ventilación de nuestra habitación no es buena, ya que vamos a fatigarnos antes
por el aumento de la temperatura interna a mayor velocidad. En estos casos
también debemos adaptar la intensidad incluso para entrenamientos más suaves.
Por ejemplo, para un entrenamiento de 50’ de recuperación en zona 1,
normalmente no hará falta adaptar los vatios, pero para un entrenamiento con
intervalos de VO2máx en zona 5, sí que es aconsejable reducir los vatios
objetivo de forma general, teniendo en
cuenta nuestras sensaciones respecto al exterior y lo adaptados que estemos
nosotros y nuestro entorno para entrenar en rodillo. Siguiendo con el
ejemplo, bajar ese intervalo objetivo entre 10-20 vatios podría ser buena idea,
aunque depende mucho de los aspectos que dije anteriormente y esto es solo un
ejemplo.
-
Incrementa
la hidratación: debido a que la temperatura interna es mucho
mayor en rodillo para un mismo entrenamiento respecto al exterior, vamos a
sudar mucho más. Por lo tanto, es
importante aumentar la hidratación dependiendo de la duración e intensidad del
entrenamiento en rodillo, e incluso añadir sales como sodio para evitar la
hiponatremia (reducción de la concentración de sodio en sangre) debido a
una gran ingesta de agua que no va acompañada de la ingesta de sales.
-
Incrementar
la alimentación: si se trata de una sesión suave, de forma general no
debemos adaptar la alimentación al rodillo, pero si se trata de un
entrenamiento largo o intenso en rodillo, sí que será importante ingerir más alimento respecto a lo normal en un
entrenamiento en carretera ya que el aumento de la temperatura interna conlleva
un mayor consumo de glucógeno
independientemente de los vatios a los que vayas.
-
Variar la
posición: es muy común entrenar en rodillo de forma muy estática, sin
variar a penas nuestra posición, ya que no tenemos que dar curvas, esquivar
baches, frenar en semáforos… Además, entrenando en rodillo se reducen mucho las
fuerzas inerciales que hay cuando montamos en bici en el exterior, por lo que sería
una buena idea cambiar de posición en el
rodillo cada pocos minutos para evitar esa sobrecarga muscular y utilizar
nuestra musculatura de una forma más compensada y similar a cuando
pedaleamos en carretera. Como ejemplo concreto, podemos ponernos sobre pedales algunos segundos cada pocos minutos
para aliviar la musculatura y no pedalear siempre sentados. También podemos variar el agarre en la bicicleta,
estando apoyado en las manetas, en otros momentos en el agarre bajo del
manillar de carretera, con un agarre más cerrado del manillar…
-
Hacer
micro-pausas: en el rodillo tendemos a pedalear de forma continua durante
toda la sesión, ya que como dije antes, no hay que parar en semáforos, no hay
bajadas, o curvas donde dejamos de pedalear. Para ayudar a aliviar la
musculatura un poco más en rodillo y hacer un entrenamiento un poco más similar
a lo que sería en carretera, podemos
hacer pequeñas pausas durante la sesión. Por ejemplo, cada 10 minutos
pedaleando, paramos 10-20 segundos de
pedalear, incluso podemos bajarnos de la bici unos segundos para reponer el
agua de los bidones y después volver al rodillo y seguir con el entrenamiento.
- Variar la cadencia: para dar más variedad en las sesiones de rodillo, evitar que sean monótonas y asemejarlas más a lo que sería un entrenamiento en el exterior, podemos ‘’jugar’’ un poco con la cadencia, aunque sea un entrenamiento muy continuo en rodillo con el objetivo de rodar sin más. Ejemplo, para 1h de rodillo en zona 2, podemos variar la cadencia durante la misma sesión, haciendo 2-5 minutos con una cadencia superior o inferior a la nuestra natural (por ejemplo, 50-10rpm por encima o por debajo). De esta forma, enriquecemos el estímulo que damos a nuestro organismo y la sesión no se hace tan aburrida.
Conclusiones:
El rodillo es una herramienta muy utilizada por los
ciclistas con poco tiempo o que viven en zonas muy lluviosas o frías y quieren
optimizar su entrenamiento al máximo. Incluso en el mundo profesional, es una
herramienta esencial para el denominado ‘’heat training’’ o entrenamiento en
calor que hoy en día está tan de moda por su potencial para aumentar el
rendimiento. Por ello, es fundamental aprender cómo entrenar en rodillo de la
forma más óptima para conseguir las máximas adaptaciones, disminuir los riesgos
de lesión o sobrecargas musculares, y que sea lo más ameno posible. Usando el
sentido común para controlar la carga de entrenamiento y adaptar las sesiones
al rodillo de forma adecuada, junto con saber interpretar bien tus datos de
frecuencia cardíaca, vatios, y sobre todo sensaciones (o RPE) en el rodillo,
hará que podamos ‘’disfrutar’’ mucho más de esta herramienta y optimizar
nuestras adaptaciones para rendir mejor en carretera o montaña.
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